El ganador de la IX edición del premio Asturias de Arquitectura de 1990-91 fue un proyecto de Joaquín Aranda, José Manuel Espina, Francisco Javier Hernández y Carlos Viñuela.
Se trataba de un poblado gitano en el concejo de Siero. El proyecto partía de tres premisas:
1. La existencia de un local social
2. Las demandas formuladas por la familias que iban a alojarse en el poblado
3. La economía de los medios.
El planteamiento urbanístico es el de una vía central con el Centro Social como referente, y que haga de eje simétrico para alojar a cada lado uno de los dos clanes.
Las viviendas cumplen las demandas solicitadas, como un lugar de almacenamiento de chatarra. Para ello se realiza un patio ante la vivienda que está semicubierto para impedir que ciertos materiales puedan mojarse. A su vez también da unión al conjunto de cara a la vía central. Otra de las demandas fue poseer fuego interior a través de una caldera de leña o carbón, que calienta el agua, da calefacción a la vivienda y permite cocinar.
La economía llevó a soluciones constructivas muy sencillas, pero no por ello empeora la calidad arquitectónica. La estructura es de muros de carga de bloque de hormigón con una separación 4,80m entre ejes. De hormigón también es la cubierta, con el alero de hormigón visto y tejas de hormigón prefabricado pintadas en rojo.
La distribución interior muy sencilla, con el acceso a través del patio, permite un espacio común y dos dormitorios posteriores, que en el piso superior es uno solo, pero con vistas de poder dividirse en futuro si fuera necesario.
TEXTO: Omar Ro Ma, Arquitectura de Asturias.