Tal como reconocen sus estatutos, el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias dispone de dos Sedes Colegiales, ubicadas en Oviedo y en Gijón.
El proceso seguido para la constitución de las dos sedes fue el mismo: adquisición de un edificio céntrico de reconocido valor arquitectónico, convocatoria de un concurso nacional de arquitectura, encargo del proyecto al equipo ganador y rehabilitación del edificio.
En el caso de Gijón, la compra de la Casona de los Ramírez de Jove se cerró en 1992, en 1994 se convocó el concurso de arquitectura para analizar las posibilidades de su rehabilitación, y las obras e inauguración de la sede tuvieron lugar entre 2001 y 2005.
En Oviedo, la compra del Palacio del Marqués de Gastañaga, que era propiedad del Ayuntamiento de la ciudad, tuvo lugar en el año 2001, al igual que la convocatoria del concurso de arquitectura. Las obras finalizaron en 2007, y la sede se inauguró en 2008.
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El edificio original, conocido como Palacio Marqués de Gastañaga, era un palacete afrancesado construido en el siglo XIX para uso residencial. A mediados del siglo XX, el inmueble fue objeto de una adaptación funcional para un cambio de uso y se transformó en el Colegio Hispania.
El arquitecto Cesar Ruiz-Larrea ganó el concurso de arquitectura convocado por el COAA con un proyecto que proponía un ambicioso atrio de entrada en el exterior del edificio y concentraba toda la actividad funcional de su interior, a un lado de la caja de muros del edificio primitivo. En la superficie restante, eligió crear un gran vacío espacial que alcanza a las tres plantas del edificio histórico, atizado por las luces cambiantes que se cuelan a lo largo del día por los huecos originales de su fachada.
La Casona del número 4 de la calle Recoletas de Gijón, fundada en el último tercio del siglo XVI por Ramírez de Jove, era un edificio de carácter renacentista, con tres pisos y una apreciable fábrica de sillería. Destacaba en ella el arco de grandes dovelas en el que se abre la puerta de entrada. La casa fue reformada en 1922 por el arquitecto Miguel García de la Cruz con el fin de “distribuirla con arreglo a las necesidades modernas estableciendo los servicios que aquellas exigen en armonía con las de su propietario actual”. En ese estado la adquirió el COAA para destinarla a albergar parte de sus dependencias.
La configuración de la nueva sede colegial responde al proyecto de los arquitectos Cesar Ruiz-Larrea, Enrique Álvarez Sala y Carlos Rubio Carvajal. Su propósito, tal como quedó expresado por escrito en el concurso, era utilizar la casona original “como material de arquitectura, quitando, añadiendo, ordenando... y proponiendo un semi-oculto 'cajón de sastre' en cuyo interior la luz y el espacio nos hablan de las maravillas de la transformación acaecida”.
