"Greta Magnusson-Grossman: la elegancia por encima de todo” Silvia Blanco Agüeira
Greta Magnusson-Grossman jugó un papel importante en la definición de la estética de la modernidad californiana de mediados del siglo pasado. Lo suyo eran los solares infernales que otros arquitectos desechaban por imposibles, y en los que ella se las arreglaba para encajonar patios y hasta piscinas, proyectando viviendas con magníficas vistas y espacios abiertos, amuebladas con sus propios diseños. Entre 1957 y 1963, su trabajo se volvió icónico y omnipresente. Alabada por la crítica, sus obras aparecieron publicadas en revistas, en anuncios publicitarios y hasta en tiras cómicas estadounidenses. Sin embargo, en 1967 esta creadora de origen sueco decidió desaparecer el mapa, de una forma tan enigmática y misteriosa como la empleada por su compatriota y alguna vez clienta, Greta Garbo. Ha habido que esperar hasta el año 2010 para que su nombre haya vuelto a aparecer en publicaciones y exposiciones centradas en su trayectoria y en su fascinante personalidad.
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