Mujer culta, apasionada, gran polemista, viajera incansable y excelente dibujante, su personalidad polifacética y gran curiosidad le hizo interesarse por temas tan diversos como el dibujo al guache y a la acuarela, la fotografía, el bordado, la botánica, las tradiciones y vestidos populares y otros muchos, quizás en la tradición universalista de la Institución Libre de Enseñanza donde se formó en su juventud. De todos ellos nos ha dejado excelentes ejemplos.
Junto con la arquitectura y su familia, su otra gran pasión fue el deporte, practicando, entre otros, el esquí y el rugby, del que fue impulsora y donde hizo amistades que la acompañaron toda su vida.
María Juana de Ontañón por José Ramón Fernández Vázquez de Prada
Pedimos para Gijón una calle con el nombre de arquitecta Juana Ontañón (change.org)