Verónica Durán es una de las arquitectas más reconocidas de la región. Del estudio que dirige desde 1998 han salido algunas obras cómo Proyecto de Urbanización de la Actuación del Conjunto Edificatorio en (El Vasco) Oviedo, Proyecto de Arquitectura e Interiorismo de dos Edificios Sociosanitarios en (El Vasco) Oviedo, Proyecto de Renovación de la Autoridad Portuaria de Avilés, proyecto de Diseño del Equipamiento del nuevo Hospital Universitario Central de Asturias H.U.C.A. Oviedo. Proyecto de Diseño de Equipamiento del Nuevo Hospital de Mieres, Proyecto de Arquitectura y Equipamiento del Edificio de Oficinas del Principado de Asturias en Avilés, el Museo del Oro en Navelgas, Rehabilitación de la Casa Natal de Jovellanos en Gijón, nueva piscina, nuevo gimnasio y rehabilitación del comedor en el Real Club Astur de Regatas en Gijón, o el Centro Hípico Yeguada Finca Maeza en Sariego, proyecto este último que fue seleccionado como finalista para la XXIV Edición de los Premios Asturias de Arquitectura. Es nuestra entrevista del mes en la web del COAA.
Este año, uno de tus proyectos fue finalista del Premio Asturias de Arquitectura. ¿Cómo recibes este tipo de reconocimientos?
Estar entre las 10 mejores obras de arquitectura realizadas en Asturias en los últimos dos años es un gran honor especialmente en una convocatoria con obras de tanta calidad. La complejidad del Proyecto del Centro ecuestre de Sariego tanto por su programa como por su implantación nos hace valorar más este reconocimiento ya que es un ejemplo que de que siempre hay que apostar por la calidad arquitectónica.
Si se puede definir vuestra obra es de alguna manera es a través de la búsqueda de la calidad. Para garantizar esta calidad, ¿hay que renunciar a otras cuestiones como la originalidad o el gusto del cliente?
No, no hay que renunciar, la arquitectura tiene que responder a los gustos del cliente y buscar la mejor solución garantizando la calidad espacial y constructiva.
¿Qué destacarías de tu obra?
Que con distintas respuestas en cada una de las obras y sin descuidar la técnica y el rigor en todas las fases, en todas ellas hay la misma búsqueda de una arquitectura generadora de sensaciones y emociones.
Entiendo la arquitectura desde la perspectiva humana de quien la recorre, la experimenta y la siente… La arquitectura es un diálogo con el cliente y el usuario, hay que saber escuchar lo que te cuenta y lo que no, la sicología y sociología del entorno.
¿Tienes alguna obra a la que le tengáis especial cariño?
Es difícil escoger una sola, ya que todas forman parte de mi historia, destacaría:
La Reforma del edificio para la nueva sede del Consejo Consultivo del Principado de Asturias porque puede realizar una actuación completa de arquitectura e interiorismo con el nivel de calidad al que quería llegar.
También los proyectos de equipamiento hospitalario del Hospital Universitario Central de Asturias y del Hospital Alvarez Buylla en Mieres, porque supusieron para mí el mejor Master en Arquitectura Hospitalaria posible.
Y en el momento actual, los proyectos y obras que esto realizando en el Vasco en Oviedo porque son el mejor ejemplo de mi filosofía de trabajo de entender los proyectos como retos en los que hay que enfrentarse a mil batallas para para obtener la Gran Vitoria y considerar los problemas como desafíos captando el potencial único que tiene cada situación para transformarlo y darle un valor añadido.
La arquitectura es una disciplina que quizá no viva su mejor momento. ¿Crees que es necesario un trabajo intenso de divulgación de la labor de los arquitectos?
Sí, en los últimos años somos más visibles y estamos recuperando el prestigio social de antaño, pero es necesario seguir insistiendo.
Este mes se celebró el Día de la Mujer, y revisando estudios, constatamos la escasez de estudios dirigidos por una mujer, como es tu caso. ¿Te has encontrado algún problema en relación a esto?
No, nunca he tenido ningún problema. Ser mujer arquitecta no me supone ninguna limitación y si lo considero un valor.
En mi estudio han colaborado y colaboran arquitectos, arquitectos técnicos, delineantes, e interioristas que he seleccionado escogiendo los mejores y que casualmente siempre han sido mayoritariamente mujeres.
Soy madre de una hija de 14 años y nunca he tenido problemas para conciliar mi vida personal con la pasión por mi trabajo.
Has ofrecido alguna conferencia en el COAA y sueles asistir a las asambleas y actos colegiales. ¿Cómo valoras la labor del colegio para la profesión?
Fundamental por su labor de protección y por sus servicios. Soy consumidora de los servicios que ofrece el Colegio. Prácticamente todas las semanas realizo consultas a los servicios de visado, CAT, Asesoría jurídica del colegido y CAU. Especialmente el CAU me ha ayudado a resolver problemas complejos de urbanismo y lo considero un servicio fundamental de apoyo en mí día a día.
¿Consideras que es importante para los arquitectos formar parte del colectivo, participar en la vida colegial?
Si totalmente. Nuestra formación no es individualista, en las escuelas de arquitectura participamos desde el principio en equipos de trabajo con otros compañeros con los que compartimos conocimientos e inquietudes profesionales que nos ayudan a mejorar y a crecer como arquitectos. El Colegio debe ser una continuación del desarrollo profesional que se inicia en las Escuelas.
¿A qué retos se enfrenta la arquitectura en el futuro?
Se enfrenta a grandes cambios que ya se están produciendo y que suponen que la arquitectura ha dejado de ser una disciplina dirigida exclusivamente a la edificación y tendrá la consideración de una disciplina global que integra arquitectura, urbanismo, diseño, técnica, sociología, biología, etc…
¿Qué recomendación le darías a alguien que acabase de terminar la carrera?
Que se plantee que la carrera profesional es como las obras de arquitectura, requiere un proceso, una base sólida y mucho esfuerzo.
Que crea en sí mismo y sobre todo que disfrute de una profesión apasionante.