Z2Arquitectos son Úrsula Díaz y Marcos Gómez, dos profesionales jóvenes pero que ya atesoran una larga experiencia en obra nueva, reformas, diseño de interiores y rehabilitación, entre otras disciplinas. Precisamente por un proyecto de rehabilitación energética, su actuación en la fachada de la calle Rufo García Rendueles, 1, en Gijón, recibieron el pasado mes de diciembre una de las Plomadas de Plata. El galardón, concedido por la Confederación Asturiana de la Construcción, CAC-Asprocon, reconoce esta obra de Z2Arquitectos, en dos categorías: mejor rehabilitación en bloque de viviendas, y plomada popular.
Plomada de Plata a la mejor rehabilitación en bloque de viviendas para vuestra actuación en el muro de Gijón. ¿Cómo recibís este reconocimiento?
Pues con gran alegría, y sorprendidos también. Siempre es gratificante que los compañeros de profesión valoren tu trabajo.
Este premio ayuda a pensar que todo el trabajo y dedicación ha merecido la pena. También sirve para recargar energías y para afrontar los nuevos proyectos con entusiasmo y con ganas de mejorar cada día.
Además, ese mismo trabajo recibió la Plomada Popular, dirimida por una votación abierta al público a través del diario El Comercio. ¿Valoráis de alguna forma especial que los ciudadanos reciban así vuestro trabajo?
Para nosotros es algo muy positivo. El hecho de que una obra pueda ser premiada al mismo tiempo por un jurado técnico y por personas ajenas al mundo de la arquitectura, es algo complicado, pero maravilloso.
En ocasiones parece que la arquitectura de calidad está un poco alejada de la sociedad, y es difícil que los clientes apuesten por ella. A los arquitectos como colectivo nos cuesta vender nuestro trabajo, y por ello mucho esfuerzo se queda por el camino. Afortunadamente no siempre ocurre así. Cuando se consigue es muy gratificante.
Decís que entendéis la arquitectura como una disciplina destinada a mejorar la calidad de vida de las personas. ¿Es esa la pauta que marca vuestro trabajo?
Bueno, nos gustaría pensar que sí.
Entendemos cada nuevo proyecto como algo singular. Nos implicamos mucho con nuestros clientes, escuchamos sus necesidades. Intentamos entenderlos, ponernos en su situación. A partir de ahí, analizamos los condicionantes particulares de cada caso, y tratamos de encontrar la mejor solución posible con todas esas variables. Por supuesto, todo ello siendo coherentes con el presupuesto que nos han marcado.
No nos gusta hacer arquitectura alejada de la realidad. Al fin y al cabo, nuestro trabajo es un servicio, y son los clientes quienes tienen que vivir, trabajar o disfrutar de su tiempo en el espacio que hemos proyectado.
La Plomada de Plata no es el primer premio que recibís. ¿Cuál creéis que es el papel de este tipo de galardones, como el Premio Asturias de Arquitectura, en la difusión de la arquitectura de calidad?
Un papel fundamental. Los premios dan mucha visibilidad y ayudan a dar credibilidad a tu trabajo, pero sobre todo al del colectivo.
Apostáis por las colaboraciones y el trabajo en equipo. ¿Creéis que hoy por hoy existe una manera distinta a esta de afrontar la profesión?
Los tiempos están cambiando, ahora va todo muy rápido. Es necesario adaptarse muy deprisa a cualquier situación.
Para nosotros es fundamental tener una estructura flexible, que nos permita trabajar con gente especializada en distintos campos rápidamente, y poder cumplir siempre los plazos de entrega que nos imponen.
Colaboramos con distintos arquitectos, ingenieros, etc. Internet también ayuda mucho a eso. La distancia deja de ser un problema.
¿Cómo definiríais vuestra obra?
Difícil pregunta. Está claro que todos tenemos unas etiquetas que nos gustan más que otras, pero no queremos ponernos bajo ninguna de ellas. Le damos mucha importancia a la manera que tiene la obra nueva de relacionarse con lo existente, pero también a los sistemas constructivos, a la eficiencia energética... Cada proyecto requiere unas pautas diferentes, porque no hay dos parcelas iguales ni dos clientes iguales.
¿Destacaríais de forma especial alguno de vuestros proyectos?
Sería un poco como confesar (salvando las distancias) que quieres más a un hijo o a otro... Nos gusta pensar que el más importante es siempre el último que se está redactando o construyendo.
Formación, especialización, net-working… ¿Cuáles creéis que son los pasos básicos para avanzar hoy en día en una profesión como la arquitectura?
Es necesario un poco de todo lo que has mencionado. Un arquitecto tiene que ser un buen coordinador. Lo comentábamos antes, estamos convencidos de que el futuro pasa por la asociación de profesionales o de especialistas. Es imposible abarcar todos los campos, pero a la vez se necesita tener conocimientos de cada materia para poder gestionar el equipo de una manera lógica y coherente, y para ello la formación continua es imprescindible.
Por último, ¿qué consejo le daríais a alguien que comienza ahora su andadura profesional?
Dar consejos es complicado...y a veces peligroso. En nuestro caso tuvimos la suerte de empezar colaborando en estudios que cuidaban mucho la arquitectura y eso nos ayudó a entender el oficio de una manera determinada. Posiblemente aconsejaríamos repetirlo. Conocer la realidad de la profesión antes de ejercerla fue la mejor formación posible, ya que esto no se aprende en las Escuelas de Arquitectura.