Comenzaron el 2012 con la puesta en marcha de un estudio que apenas siete años después ha recibido diversos premios y reconocimientos: Son Alfredo Estébanez y Eduardo García, dos jóvenes arquitectos que tras trabajar en diversos estudios nacionales e internacionales decidieron unir fuerzas y abrir su propio estudio. Hoy nos cuentan cómo desarrollan el día a día de su profesión, su relación con el colegio y los ratos a los que creen que se enfrenta en la actualidad.
Un joven estudio al frente del cual están dos jóvenes arquitectos. ¿Qué peculiaridades puede tener esto? ¿Es complicado abrirse paso en la profesión al comenzar?
Emprender cualquier negocio siempre es un reto al que enfrentarse. Nosotros disponíamos de cierta experiencia en estudios internacionales que nos ha ayudado mucho a la hora de afrontar este reto. Actualmente debido a la crisis que comenzó en 2008, y de la que nuestro sector todavía no se ha recuperado resultan si cabe más complicado los comienzos. El trabajo escasea a nivel general e incluso más para aquellos que somos jóvenes como nosotros. Es necesario hacerse un nombre y para ello se debe de trabajar muy duro. Tuvimos la suerte de contar con un primer cliente que confió en AE Arquitectos, y respondimos con responsabilidad.
Finalistas del Premio Asturias de Arquitectura en varias ocasiones, y galardonados con la Plomada de Plata en 2016. ¿Cómo valoráis estos reconocimientos de vuestros trabajos? ¿Es resultado del trabajo bien hecho?
Los reconocimientos derivan del trabajo del día a día, y son una buena forma de animarnos a continuar trabajando en mejorar, dado encima que son concedidos por nuestros colegas. Por otra parte sirven para promocionar el estudio de cara a la sociedad. Es todo un orgullo haber recibido un ACCESIT con nuestra primera obra y haber sido finalistas en las 2 siguientes ediciones del Premio.
Tenéis varias obras de arquitectura funeraria. ¿Es la especialización el camino a seguir en la profesión?
Si creemos que la especialización se va a potenciar en el futuro. El diseño de edificios se vuelve cada vez más complejo e involucra a más participantes. En este sentido, creemos que el modelo de un estudio pequeño que proyecto cualquier tipo de edificios va a dejar paso a un estudio cada vez más especializado que se centre en alguna determinada tipología. Esto ya se ven en casos como hospitales y aeropuertos, pero creemos que se puede extender a otro tipo de edificios. En nuestro caso, la especialización vino sin pretenderlo, comenzamos con nuestro primer velatorio en 2012, y a raíz de ese han venido otros dos. No cabe duda que el trabajo de investigación que hemos tenido que realizar a la hora de enfrentarnos a estos proyectos, nos ha proporcionado una experiencia y know-how en este tipo edificación que pocos estudios tendrán en España actualmente.
¿Cuáles son los rasgos comunes de vuestra obra?
El uso de la luz, la adecuación al entorno, juegos de volúmenes limpios, racionalidad sostenibilidad creo que serían los rasgos que mejor definen a nuestra obra. Los aspectos técnicos también son importantes y tenemos una especial atención con los detalles.
¿Tenéis alguna obra a la que le tengáis especial cariño?
Como comentábamos anteriormente, quizás la primera; el velatorio de Colombres. Supuso nuestro primer proyecto cuando comenzamos nuestra andadura en 2012. Es un proyecto muy sencillo, que se hizo con recursos muy limitados. En él nos dimos cuenta de los cambios y lo retos que supone afrontar el proyecto desde el inicio hasta su finalización en un proceso que fue relativamente rápido. Nos trajo reconocimientos, publicacones e incluso fuimos invitados por la Politécnica de Valencia para exponerlo en el Congrego Internacional de Arquitectura Blanca
Vuestra presencia es habitual en distintos actos y procesos del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias. ¿Es importante la participación para avanzar en la mejora del colectivo?
El colegio de Arquitectos debe ser un foro de reunión de los profesionales de la arquitectura. Se deben analizar problemas y proponer soluciones desde los distintos grupos de trabajo y desde las Asambleas.
Actualmente, el Colegio está haciendo una gran labor como gestor cultural pero creemos que deben de conseguirse acuerdos tangibles con las administraciones que se reflejen directamente en la realidad laboral de los arquitectos. Somos un colegio profesional y, como tal, debemos de centrarnos en que la profesión siga siendo viable. A día de hoy existen gran cantidad de encargos públicos de menor cuantía gestionados legalmente por gran número de administraciones, pero con escasa ética. Creemos que sería interesante que se pelease desde el Colegio de Arquitectos este tipo de causas, ya que si se hiciese de una manera más “transparente” (por listas abiertas y en orden de colegiación), la mayor parte de los colegiados tendrían trabajo suficiente y redundaría en un beneficio para todos.
¿A qué retos se enfrenta la arquitectura en el futuro?
La sociedad avanza a un ritmo que hace que sea imposible predecir el futuro cercano (por no hablar del futuro a largo plazo). Vamos camino de un entorno global en el que la asociación de distintos estudios será necesaria para afrontar proyectos de gran escala. A día de hoy, nosotros ya hemos establecido nexos de unión con distintos profesionales de cara a afrontar proyectos de cierta complejidad, como el Tanatorio de Zamora que vamos a ejecutar. En esta obra el equipo de trabajo ha requerido de dos ingenierías, arquitecto técnico, geólogo… todo ello con el fin de tratar de controlar las distintas problemáticas.
Nosotros tratamos de afrontar el futuro siendo positivos. Hemos tenido suerte de encontrar muy buenos clientes que hasta la fecha han confiado en nosotros y seguiremos respondiendo con responsabilidad a todos los encargos que nos vayan surgiendo.