El decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias, Alfonso Torre, se ha incorporado al Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). El acto de toma de posesión como consejero se celebró la pasada semana en Zaragoza, en la sede del Colegio de Arquitectos de Aragón, donde también tuvo lugar un pleno del órgano profesional. Alfonso Torre releva en el cargo a Sonia Puente Landázuri, su predecesora en el colegio asturiano, quien realizó un emotivo discurso de despedida.
En la toma de posesión como nuevo consejero, Alfonso Torre, dedicó sus primeras palabras a sus padres, artífices de que renunciase a sus primeras vocaciones -ligadas a la economía y las matemáticas- para seguir la senda de la arquitectura y construir un futuro que en aquellos años de estudiante no hubiese imaginado. En su intervención, el decano del COAA consideró un “gran honor y enorme responsabilidad” representar a los arquitectos de Asturias en el CSCAE, “donde pondré voz a nuestras posiciones, desde la humildad y el diálogo, en la búsqueda de respuestas a los problemas que afronta nuestra profesión”.
Alfonso Torre esbozó algunos de los objetivos que defenderá como consejero, como trabajar para conseguir unos “honorarios profesionales dignos (sin diferencias entre arquitectos y arquitectas)”, particularmente en los trabajos que nos encarga la administración, y para “terminar con esta desastrosa dinámica de precarización que acabará, si nadie lo remedia, con la destrucción de nuestro tejido profesional”. Tampoco creo que debamos renunciar -expuso- “a que se implanten de nuevo las tarifas profesionales oficiales porque, quizá no sean la solución, pero tampoco un problema”.
El decano de Asturias se comprometió también con los arquitectos peritos a defender algunas de las demandas del colectivo como la ley del perito o las listas de peritos judiciales expertos.
Alfonso Torre aludió a la Declaración de Davos como una brújula para no desviarnos del camino que queremos seguir. “La Baukultur es la modificación del entorno construido, que necesita cambiar para asumir nuevos criterios de calidad y adaptarse a las técnicas locales de cada región del mundo. La arquitectura y las ciudades no son la sanidad ni la educación, no curan ni forman a las personas, pero pueden contribuir a reducir su alienación en este mundo que cambia a toda velocidad y ayudarles a encontrar un sentido de pertenencia”.
El decano del COAA abogó por un cambio en la mentalidad tanto de los arquitectos, empresas privadas e instituciones que desarrollan políticas públicas para conseguir avances sin perder de vista que la ciudad es de los ciudadanos. Es fundamental también, añadió, mantener los pies en el suelo, sin perder la perspectiva, escuchar los problemas habituales y cotidianos de los arquitectos y, en definitiva “trabajar por nuestro colectivo y por nuestra profesión”.