Nacido en Oviedo en 1948, era Arquitecto por la Escuela de Madrid donde más tarde sería profesor. Su actividad se decantó hacia temas relacionados con los centros urbanos antiguos y el Patrimonio Histórico. Obtuvo el Premio Nacional de Urbanismo, el Premio ANCSA (Asociación de Centros Históricos de Italia), el Premio Comité Medio Ambiente OCDE y muchos otros reconocimientos. Realizó Planes especiales de Protección e intervenciones en los Cascos Históricos de Oviedo y Gijón, en los que buscó la colaboración de Fernando Nanclares y Nieves Ruiz.
En recuerdo del arquitecto Paco Pol
Parecería que Paco haría eterno su vitalismo, su falta de respeto a la vida tal como la ejercemos los demás. Es una pena porque hubiese merecido su integración en la lista de personas ejemplares, las que siempre nos indican el camino correcto y la energía necesaria para emprenderlo. Así hizo, por ejemplo, en Gijón con la instalación del Elogio del Horizonte, obra monumental de Eduardo Chillida enfrentada al mar desde lo alto del cerro de Santa Catalina en la que ejerció de productor al modo de Hollywood. Sin ser una obra de arte personal, existe gracias a su empeño. Solo por esto Paco merece nuestro respeto. En otro plano le agradecemos nuestra participación en la conversión del viejo Muelle en Puerto Deportivo y la colaboración con él en el tratamiento de la Muralla Romana y Torre del Reloj, ambos en Gijón.
No nos fiaríamos de las críticas a Paco Pol. No por inmerecidas, que tendría muchas, sino porque los que lo conocimos sabemos que hay pocas personas que nos hayan seducido y espoleado con tal poder siempre a favor de la vida, contra la pequeñez y la falsa seguridad de la inacción.
Oviedo, en la que nació, junto con Gijón en la que tanto trabajó, le deben mucho.
Fernando Nanclares y Nieves Ruiz
Profesional y artista ejemplar
Lo conocí en los años 60, época en la que participábamos en los concursos de artes plásticas organizados por la OJE. En sus magníficos —y frecuentemente premiados— dibujos de edificios, pueblos y ciudades se adivinaba una clara vocación de arquitecto y un decidido compromiso con la belleza, la composición y el orden. Un modelo de dignidad y oficio que ojalá tenga continuidad en las jóvenes generaciones de arquitectos urbanistas asturianos.
Miguel Casariego, decano del COAA